PEÑA CITORES (IDA POR BATALLÓN ALPINO Y VUELTA POR CAMINO VIEJO DEL PAULAR).

1. INTRODUCCIÓN Y CURIOSIDADES.
   

   Peña Citores, con sus 2.181 msnm, es una elevación perteneciente a la provincia de Segovia, contiguo al macizo de Peñalara. A pesar de que no se encuentra dentro de los límites del Parque Natural de Peñalara, de forma no oficial algunas de sus laderas se consideran parte del mismo, al compartir fauna y flora. 

   Es  un monte de contorno redondeado, situado junto a la cuerda de Dos Hermanas, al que se asciende de forma sencilla, pero desde el que existen unas extraordinarias panorámicas de Peñalara, Dos Hermanas, la llanura segoviana y los bosques de Valsaín, así como de la Mujer Muerta, Siete Picos y parte de la Cuerda Larga.

   En la actualidad, Peña Citores es aparte punto de paso del Maratón Alpino Madrileño.
   Como otros lugares de la sierra madrileña, Peña Citores tiene su propia leyenda. Cuenta esta leyenda, que hace muchos años había 2 hermanas llamadas Raimunda y Leocadia, que vivían en un pinar de la zona, cuidando de su pequeño rebaño de ovejas y cabras. Estas hermanas tenían una suerte muy dispar, mientras Raimunda había enviudado con 6 hijos, Leocadia era bella y soltera, siendo la jóven más deseada de la zona. 
   Se dice que un bonito día primaveral, un rey estaba cazando por el pinar rodeado de algunos nobles. Ansiando conseguir la mejor presa, el rey se separó del grupo a galope sobre su caballo, con tan mala suerte que durante la carrera el caballo tropezó y el rey cayó al suelo. Leocadia, que casualmente se encontraba por allí, fue a socorrer al jinete sin saber de quien se trataba. Al verla, el rey quedó enamorado  de ella, y ella correspondió de la misma forma prendada por su educación y vestimentas. Escuchando el rey que la comitiva se acercaba a buscarlo, y ocultando su verdadera identidad, le pidió a la bella pastora una nueva cita en esa zona. Fue entonces cuando la bella jóven acordó quedar con él al siguiente mediodía en la cima de la montaña  (Peña Citores). 
   Para el momento de la cita, Leocadia esperaba con su mejor vestido al caballero desconocido. El rey se presentó ataviado con sus mejores galas a lomos de un espléndido caballo. Sobrepasada por lo que veían sus ojos, Leocadia entró en pánico y se echó a llorar, rogando a la Virgen que la rescatara  de esa insoportable situación. Los ruegos de la jóven fueron escuchados y 2 querubines bajaron a socorrerla, sumiendo a los dos en un profundo sueño. Cuando despertaron, Leocadia se encontraba en la celda de un monasterio rodeada de flores, mientras que el rey se encontraba en su palacio siendo ya un anciano.
   Para recordar esta historia de un amor que no pudo ser,  esta montaña se denominó Peña Citó-rex (donde se citó con el rey), y el lugar donde vivían Raimunda y Leocadia como Dos Hermanas. 

   Pero no todo es leyenda en esta cima. Por desgracia, a pesar de su aislamiento y de sus duros inviernos, la Sierra de Guadarrama no se libró entre 1.936 y 1.939 de la Guerra Civil, y aunque no se desarrolaron importantes contiendas, hubo algunas escaramuzas. Así, entre Dos Hermanas y Peña Citores, existen numerosas trincheras construídas hacia la vertiente segoviana, en las cuales buscando mucho se puede encontrar una placa que se puso en honor a uno de los hombres del bando republicano: el capitán José Pérez Leatherdale.  
   Hay que mencionar que uno de los senderos que sube hasta Peña Citores desde Cotos se denomina Senda del Batallón Alpino. Este sendero, por lo que he podido ver en varios mapas, coincide hasta las proximidadesde Peña Citores con el Camino de Peña Citores, denominado así en los mapas del IGN. El batallón,  formado por más de 600 hombres, lo componían montañeros humildes equipados con uniformes de esquiadores rusos y fue creado en septiembre de 1.936 por el partido comunista para  contener la fuerzas nacionales situadas en la Granja de San Ildefonso. Esta Senda del Batallón Alpino fue usada para abastecer a uno de los puestos más importantes de toda la Sierra de Guadarrama situada en primera línea de fuego. 

   Para terminar esta introducción, hay que describir otro de los senderos por los que transita esta bonita ruta. Se trata del  Camino Viejo del Paular. Aunque actualmente este camino es poco transitado, hace algunos siglos en la época de mayor esplendor del Monasterio de El Paular, era muy utilizado por los monjes del monasterio, ya que era la alternativa más asequible a la ruta normal entre dicho monasterio y Segovia, cuando las grandes nevadas cerraban el Puerto del Reventón. Estos monjes debían partir muy temprano, incluso de noche, para completar la larga travesía, y se santuguaban para no ser atacados por las feroces alimañas (lobos y osos) y bandidos sanguinarios que merodeaban por la zona. 
   Aunque con la construcción de la carretera de Rascafría el camino cayó un poco en desuso, este camino fue acertadamente elegido para que pasase por él el GR-10, el más importante sendero de gran recorrido de la península ibérica, que cruza la misma por su mitad de este a oeste, en una línea imaginaria entre Valencia y Lisboa. 




2. CÓMO LLEGAR.

   La ruta comienza en el Puerto de Cotos. Para llegar allí desde Madrid estas son las alternativas:

- en vehículo privado:

- desde la A1/Autovía del Norte (Madrid - Burgos), salida 69 hacia la carretera M-604 dirección Rascafría/Lozoya y continuar por la M-604 , hasta llegar a Rascafría. Seguir por la misma carretera hasta el Puerto de Cotos, en el límite de la provincia de Segovia. 

- Desde la A-6/Autovía del Noroeste (Madrid - La Coruña), salida 39 hacia M-601 en dirección Collado Villalba/Puerto de Navacerrada y en el puerto tomar la SG-615 hasta llegar al Puerto de Cotos.

- Desde M-607 Autovía de Colmenar (Madrid - Colmenar Viejo - Navacerrada), salida 35 en dirección M-607 Cerceda y Navacerrada. Continuar por la M-607 hasta el km 58 para tomar la subida al Puerto de Navacerrada por la M-601. En el puerto tomar la SG-615 hasta el Puerto de Cotos.

-  Si se viene desde Segovia, ir por la CL-601 hasta el Puerto de Navacerrada, y después tomar la M-604 hasta el Puerto de Cotos.

- en transporte público (desde Madrid): 

- autobús línea 691.

- tren de cercanías C8 hasta Cercedilla y C9 hasta Navacerrada y Cotos. 

   En mi caso como siempre, salí desde Toledo. Para ello tomé la A-42 dirección Madrid, y a la altura de Getafe tomé la M-50, hasta enlazar con la A-6 a la altura de Las Rozas. Una vez en la A-6, seguí el recorrido descrito anteriormente por esta vía como si se fuese desde Madrid. 

 

En azul el recorrido que realicé para llegar a Cotos.

3. DESCRIPCIÓN DE LA RUTA. 

    Aunque ya habían caído las primeras nevadas otoñales al comenzar Noviembre, y la Sierra de Guadarrama estaba completamente blanca, la imposibilidad de coincidir hizo que muy a nuestro pesar, realizáramos esta ruta sin nada de nieve, por el aumento de temperaturas los días previos.

   Partimos del aparcamiento de Cotos entorno a las 08:50 h, con una temperatura agradable de unos 6º. Tomamos el habitual camino que sale a la izquierda de la Venta Marcelino y comenzamos a subir, pero ahora en la primera intersección nos desviamos dirección al Mirador de Lucio, en lugar de seguir hacia el Centro de Visitantes de Peñalara,  pasando al lado del Club Alpino.

Desvío hacia el Mirador de Lucio.

 Tras subir unas escaleras para llegar a este mirador, subimos otros peldaños y pronto cruzamos una valla de madera que delimita la separación entre las provincias de Madrid y Segovia.

En el mirador de mi nombre.

 Aquí comienza ahora la Senda del Batallón Alpino, señalizada con puntos amarillos en los troncos de los árboles. Este sendero, durante aproximadamente 1 km, discurre por un frondoso pinar, que tapiza la loma de Dos Hermanas, a la vez que va ganando altura. 

Subiendo por la Senda del Batallón Alpino.

   Tras aproximadamente 1.3 km desde el inicio del recorrido, salimos del frondoso pinar y cambiamos la vegetación por piornos.  Ahora el cielo se abre, y aunque en nuestro caso había algo de niebla que nos impedía ver adecuadamente en la distancia, a nuestra izquierda se abren unas amplias vistas del gran valle de Valsaín, así como de la alineación de cumbres que forman las Cabezas de Hierro, el Cerro de Valdemartín, Bola del Mundo y su continuación con el Alto del Telégrafo y Siete picos. Enfrente tenemos Cerro Minguete, Montón de Trigo y la Mujer Muerta.

Tras la zona de pinar, aparecen los incómodos piornos.

   Desde esta zona, un sendero pedregoso discurre ahora hacia el noroeste por la loma de Dos Hermanas, entre incómodos piornos y rocas, pero ya no se pierde de vista la redondeada cima de Peña Citores a lo lejos (si el día está despejado). 

 

Peña Citores se deja ver tras el pinar.

 

Sendero hacia Peña Citores.

   Durante este ascenso nos encontramos algún nevero, pero prácticamente ya no quedaban restos de las nevadas de la semana anterior. 

 

Alguno de los pocos neveros que quedaban.

   Aproximadamente a los 2,3 km de recorrido por el sendero pedregoso, llegamos a la altura de un collado entre la Hermana Mayor y Peña Citores, donde se encuentra la Fuente de los Pájaros. 

 

Zona de collado entre Hermana Mayor y Peña Citores.

   Ahora continuamos hacia el oeste, y al pie de la loma que termina en la cima de Peña Citores, pasamos por una estructura ovoidal de piedras, que parece un amplio corral, antigua defensa fortificada, de unos 50x70 m, que son restos de trincheras que nos recuerdan por desgracia  las batallas que durante la Guerra Civil tuvieron lugar en la Sierra de Guadarrama. Por sus dimensiones y forma circular es conocida como la Plaza de Toros. Ésta era la denominada posición intermedia, construíada a partir de 1.937 por la 31ª Brigada Mixta Republicana, y ocupada por el Batallón Alpino. Los muros de esta fortificación tienen hasta 2 metros de ancho y uno de alto en algunas zonas. Desde esta estructura, tan solo nos quedaban unos 500 m hasta llegar a la cima de Peña Citores, por un sendero entre intransitables piornos. Las nubes nos iban persiguiendo poco a poco.

Plaza de Toros detrás de Jesús.

   Llegamos a la cima de Peña Citores cuando el GPS marcaba 3 km de recorrido. La cima no tiene mojón, sino que consiste en una montaña de piedras. En la cima soplaba un viento fortísimo, que literalmente nos balanceaba. Desde la misma existen unas magníficas vistas de la Mujer Muerta, Siete Picos, Cabezas de Hierro, Bola del Mundo al suroeste, así como de la planicie segoviana y los pinares de Valsaín al norte y al noroeste. En nuestro caso, sólo teníamos vistas hacia la llanura segoviana, ya que unas nubes nos impedían las vistas al suroeste. 

La fuerza del viento impedía sacar la bandera.

Al lado de la cima con vistas a la llanura segoviana.

   Tras las fotos de rigor en la cumbre, anduvimos unos 300 m hacia el norte, para girar después hacia el oeste y coger la la cuerda que conduce hacia el Mirador del Cancho, que en los mapas viene también como Camino de Peña Citores.

   En este punto, a unos 300m de Peña Citores,  encontramos otras construcciones,  unas trincheras, vestigio de la Guerra Civil, formadas por dos anchas líneas de piedra con un foso en medio. Desde estas trincheras existen unas magníficas vistas de la llanura segoviana, de forma que se observa Segovia y la Granja de San Ildefonso entre otros lugares.

En las trincheras.

Transitando hacia el Mirador del Cancho.

Por el cordal hacia el Mirador del Cancho.

   Seguimos la cuerda que conduce hacia el Mirador del Cancho, a la vez que la niebla en forma de nubes se nos echaba encima. Por esta parte del recorrido aparecieron numerosos aflorameinros rocosos, de modo que entre unas de estas rocas nos resguardamos para comer algo. 

La niebla se nos echó encima cuando paramos a comer.

   Tras una pausa de unos 20', en la que debido a estar parados y  a la niebla tuvimos bastante sensación de frío, retomamos la marcha. Justo al reiniciar la marcha, nos encontramos con una caseta que parece ser el Refugio de Peña Citores o del Cancho. Se trata de una pequeña caseta, que tenía la puerta abierta, con capacidad para 3 o 4 personas, pero que en caso de necesidad puede servir de refugio improvisado. Las vistas desde aquí eran nulas debido a la niebla. 

Refugio de Peña Citores o del Cancho.

   A partir de este refugio, comenzaba un descenso continuo de cerca de 2,5 km, por un terreno algo abrupto, hasta enlazar con una amplia pista forestal. Esta fue la parte más incómoda del recorrido, ya que teníamos que transitar entre un denso pinar con bastantes ramas caídas y afloramientos rocosos.

Mojones de piedra señalizaban el camino.

   Aunque esta zona estaba señalizada con mojones de piedra, a veces costaba seguirlos, por lo que tuvimos que hacer uso del GPS en alguna ocasión.

Transitando por esta zona.

   Durante el descenso,en algunas ocasiones el pinar se abre y aparecen algunas bonitas praderas.

Jesús bajando por esta zona.

Bonita pradera durante el descenso.

   La parte final del descenso es menos abrupta, y transita por un denso pinar pero de pinos bastante más altos que los del comienzo de la bajada. 

Zona de pinar alto antes de enlazar con la amplia pista forestal.

   A los 7 km de recorrido, tras este descenso desde el Mirador del Cancho, enlazamos con una amplia pista forestal, que parece ser que viene desde el norte (de nuestra derecha), de los amplios pinares de Valsaín. Por lo que vimos posteriormente, esta amplia pista llega hasta La Granja y la Cueva del Monje.

Amplia pista forestal.

  Ahora comenzaba la parte más cómoda del recorrido. Teníamos aproximadamente 2,3 km de trayecto prácticamente llano, por una ancha pista forestal entre un frondosos pinar a ambos lados, hasta tomar un nuevo desvío hacia el Puerto de Cotos. Por este tramo pasamos por la Fuente de la Peseta, y dejamos a nuestra izquierda algunos bonitos arroyos que desde la ladera vierten finalmente sus aguas al río Eresma. 

En uno de los arroyos.

Transitando por esta zona.

   Tras casi 2,5 km caminando cómodamente por esta amplia pista forestal, llegamos a una intersección de caminos, señalizada con paneles, de forma que la pista por la que venimos continúa de frente, y nosotros giramos 90º para seguir hacia el este en dirección al Puerto de Cotos, por el sendero GR 10.1.

  

Panel hacia el Puerto de Cotos.

   

Carteles en le cruce de caminos.

   El GR 10.1 viene del suroeste, del Puerto de la Fuenfría. Este camino es un poco más estrecho que el que traíamos y algo más pedregoso, a la vez que se va empinando cada vez más. 

Por esta parte del recorrido.

   Desde este cruce hasta el Puerto de Cotos nos quedaban aproximadamente 3,5 km de distancia, siempre en constante subida. Durante esta parte del recorrido, también nos encontramos con algunos arroyos que nacen en las laderas de Peña Citores y vierten sus aguas al Arroyo del Puerto del Paular (que después desemboca en el río Eresma).

Uno de los numerosos arroyos que pasamos.

   Sin más complicación que el esfuerzo físico, nos íbamos acercando poco a poco al Puerto de Cotos. 

Último tramo del recorrido.

   Los últimos metros del recorrido, el sendero se estrecha un poco, para llegar al Puerto de Cotos tras cruzar una cerca de madera.

Tras cruzar esta cerca de madera llegamos a Cotos.

Panel informativo en Cotos.

   Terminamos la ruta a las 15:00 h, empleando 4h 10' con 2 paradas amplias y numerosas fotos, marcando el GPS una distancia de 12,84 km.

   La verdad es que aunque la niebla en Peña Citores nos impidió contemplar algunas vistas, fue una ruta interesante que nos permitió conocer nuevos lugares de la sierra madrileña llenos de historia.

   A continuación dejo una altimetría de la zona, así como un enlace a wikiloc para poder descargar el track.

    Para descargar la ruta desde wikiloc, pinchar el siguiente enlace: Peña Citores (Ida por Batallón Alpino y vuelta por Camino Viejo de Segovia).