MONTÓN DE TRIGO INVERNAL (CIRCULAR DESDE LAS DEHESAS DE CERCEDILLA).

1. INTRODUCCIÓN Y CURIOSIDADES.

   El Montón de Trigo es una montaña de la Sierra de Guadarrama madrileña. Forma parte del ramal montañoso conocido como la "Mujer Muerta". Está ubicada entre los valles del río Moros, al oeste, y el del Eresma, al este. Administrativamente pertenece al término municipal de El Espinar, al sur de la provincia de Segovia. Tiene una altitud de 2.161 m y una prominencia de unos 177 m. Junto a su hermano, el Cerro Minguete, está situado al noroeste del Puerto de la Fuenfría. 

   La silueta de este pico visto desde el sur hace honor a su nombre, ya que se asemeja bastante a un montón de trigo, con forma de cono. Sus laderas están tapizadas por un espeso bosque de pino silvestre, que alcanza los 2.000 m de altura. A partir de esta altura, aparecen praderas alpinas , arbustos de montaña y roquedales. Desde su cumbre en días despejados tenemos unas magníficas vistas del vecino cordal de la Mujer Muerta, así como de la cercana Peñalara y la Cuerda Larga y de casi la totalidad de las montañas madrileñas. También podemos contemplar la llanura segoviana y madrileña. 

   El itinerario descrito incluye la ascensión a otro pico por encima de los 2.000 m de altura, como es el Cerro Minguete (2.026) y el paso por las inmediaciones de Peña Bercial (2.003 m).

   Alcanzar su cumbre fuera del periodo de nevadas desde el aparcamiento de las Dehesas de Cercedilla, no tiene mayor dificultad que la de ascender entre canchales graníticos esparcidos entre los piornales, y seguir los caminos históricos y viejas sendas ganaderas que los pastores de la zona de Guadarrama utilizaban para transportar el ganado al amplio collado de Tirobarra, situado entre su cumbre y el de la Mujer Muerta. Eso si, esta subida no la regalan, ya que hay que salvar un desnivel importante de unos 800 m, y hasta prácticamente el Collado de Cerro Minguete no hay ningún descanso, por lo que se requiere una mínima condición física.

Montón de Trigo visto desde Cerro Minguete.

   Aunque he leído varias leyendas acerca del nombre de este pico, todas parece que tienen un denominador común. A grandes rasgos, la leyenda dice que existía un rico  y avaro campesino de la zona que poseía varias hectáreas de tierra. A su cargo tenía varios jornaleros a los cuales explotaba trabajando duramente desde el amanecer para recolectar el trigo que iban amontonando cada jornada. Cierto día, dos caminantes que cruzaban la sierra desde Segovia pasaron junto al campesino que miraba orgulloso el gran monte de trigo que formaban sus cosechas. Uno de ellos con aspecto enfermo y cara de desnutrido le pidió un poco de trigo para poder cambiarlo por un ungüento que calmase su dolor en el pueblo, a lo que el campesino se negó. El otro caminante le insistió en que tenía una montaña llena de trigo, y que sólo le pedían un poco para poder sanarse. El campesino al ser una persona avara y poco valiente, no cedió, y les dijo que lo que veían allí no era un montón de trigo, sino que en realidad era un montón de rocas y arena que al incidir el sol sobre el mismo daban  aspecto de un montón del preciado cereal. Poco a poco una espesa niebla cubrió a los dos caminantes a la vez que se alejaban, y uno de ellos exclamó en voz baja "si esta montaña está formada por rocas .... que así sea". De repente la niebla se retiró tras el estruendo de un rayo, y al darse la vuelta el campesino observó con estupor como su montón de trigo se había convertido en una montaña rocosa para la eternidad: "el Montón de Trigo".

   Durante una pequeña parte del recorrido que describo, transitamos por la Calzada Romana de la Fuenfría, que fue construida en el siglo I de nuestra era dentro del largo recorrido que enlazaba las importantes poblaciones de Emérita Augusta (Mérida) y Caesar Augusta (Zaragoza), y que en concreto unía Segovia con Miacum (Collado Mediano). De esta calzada se conservan los restos, y el primer tramo de esta calzada , con algunos añadidos y restauraciones posteriores, es el mejor conservado de esta obra de arquitectura civil. Hay tramos donde la erosión de la lluvia ha dejado al descubierto los bloques de piedra y el trazado de la calzada forma grandes escalones. Su nombre oficial es el de "Vía XXIV de Antonino", y es una de las más importantes que se conservan en la Península Ibérica. Aunque los restos conservados tienen importantes reformas realizadas, su trazado sigue siendo el originario, datando de la época del emperador Vespasiano, que gobernó entre los años 69 y 79 d. de Cristo. Cruza la Sierra de Guadarrama por el Valle de la Fuenfría, el Puerto de la Fuenfría y el Valle de Valsaín. 

   Recientemente se ha procedido a su redescubrimiento y parcial rehabilitación, pero no ha sido hasta los últimos trabajos concluidos en 2.009 cuando se ha podido conocer con exactitud cual era el trazado romano original. De esta manera se ha podido determinar que algunos tramos que se consideraban parte de la calzada romana eran en realidad partes de la Calzada Borbónica, que mandó construir Felipe V en el siglo XVIII, para comunicar Madrid con la residencia estival de la realeza, situada en el Palacio de la Granja de San Ildefonso, y cruzar de este modo la Sierra de Guadarrama de forma segura. Aunque ambas vías, la calzada romana y la Borbónica discurren por trazados diferentes, en ocasiones coinciden y a menudo se cruzan  varias veces. Curiosamente, uno de los datos que ha permitido diferenciar ambas calzadas ha sido la pendiente que salva cada una de ellas, ya que los romanos construían sus vías de manera que nunca superaban un desnivel del 10 %, mientras que la calzada Borbónica salva desniveles de más del 22 %.

   El rumbo de la Calzada Romana de la Fuenfría ó Vía XXIV de Antonino se puede seguir mediante los carteles, hitos metálicos  y círculos verdes en los troncos de los árboles.

   En concordancia con el antiguo trazado de la calzada romana, se levantan 4 puentes: el de Enmedio, el del Descalzo, el de la Venta y el del Reajo (o del Molino). El 2 de julio de 1.981 se tramitó expediente para la declaración de la "Calzada Romana y los puentes de Enmedio, del Descalzo, de la Venta y del Reajo" como Conjunto Histórico- Artístico y Arqueológico Nacional, mediante una resolución publicada el día 20 de ese mismo mes en el BOE.

   Junto a estas 2 calzadas, el Camino Viejo de Segovia, el Camino de Schmid y la Carretera de la República, forman parte de los caminos históricos de la Fuenfría.

   Para terminar esta completa introducción señalar que durante el recorrido existen también marcas amarillas que indican el paso del Camino de Santiago Madrileño por esta zona. Nacido de la iglesia de la capital española del mismo nombre, muestra parte de esta larga caminata de más de 700 kilómetros.

2. CÓMO LLEGAR.

   - Por la A6  a la altura de Guadarrama tomamos la M-622 hasta Cercedilla. Nada más pasar la estación de tren de Cercedilla, a la izquierda sale la M-966 o "Carretera de las Dehesas", que nos introduce en el Valle de la Fuenfría. Seguimos unos 4 kilómetros y podemos aparcar en alguno de los aparcamientos que hay en las inmediaciones del restaurante Casa Cirilo. En nuestro caso aparcamos en el último que hay antes de una barrera metálica donde empieza la pista forestal, ya que al ser un lunes había bastante aparcamiento libre.

Panel indicativo en Cercedilla.

  - Nosotros en lugar de ir por Guadarrama, en la A6 a la altura de Collado Villalba tomamos la M-601 en dirección al Puerto de Navacerrada. Una vez pasado el embalse de Navacerrada, después de una rotonda seguimos las indicaciones dirección a Cercedilla, a donde llegamos por la M-622. Ya en el pueblo, lo atravesamos hasta llegar al desvío perfectamente señalizado que indica la carretera de las Dehesas, y que también coincide con la indicación hacia el Hospital de la Fuenfría.

3. DESCRIPCIÓN DE LA RUTA.

En amarillo la ruta realizada.

   Aunque queríamos haber realizado esta ruta el pasado 8 de febrero, la ola de frío que azotaba la península y la escasa visibilidad que anunciaba el parte meteorológico por aquel entonces nos hizo aplazarla para otra ocasión. 

   Después de concretar fecha con Jesús con antelación, 3 días antes de la realización de la ruta pillé el tercer resfriado del año, por lo que aún no era seguro que la pudiese realizar. El día antes estaba un poco mejor pero no recuperado, por lo que al ser una ruta no muy larga acordé con él que cuando me levantase el lunes, en función de como me encontrase, le llamaría para decidir si la haríamos o no (no obstante dejé todo preparado por si acaso). Las previsiones meteorológicas a partir del martes serían nefastas al menos durante toda la semana, por lo que unido a no tener días libres no podríamos hacer otra ruta hasta bien entrado marzo. 

   Tras llevar a la niña al colegio, y animado por mi mujer, (eran ya las 09:40 h), llamé a Jesús para decirle que íbamos. Cuando las cosas parece que se quieren torcer se tuercen, y justo cuando ya salía por la puerta apareció el revisor de Gas Natural, que venía a hacer la inspección, a pesar de que había quedado con ellos al día siguiente. Una vez allí no le iba a hacer volver al día siguiente, por lo que llamé a Jesús para decirle que anulábamos la ruta ya que íbamos a salir muy tarde. A las 10:15 h se fue el revisor, pero eran tanto "el mono" que tenía de montaña que llamé a Jesús y me puse rumbo a Majadahonda, saliendo de Toledo a las 10:20. Tras algún pequeño atasco en la A-42 y desviarme a recogerlo, a las 12:05 estábamos en el último aparcamiento de la Carretera de las Dehesas, justo donde empieza la pista forestal. Sin lugar a dudas, ha sido el día que más tarde hemos comenzado una ruta, nada aconsejable en invierno debido a que los días son más cortos ante cualquier imprevisto, pero al ser relativamente corta y no tener dificultades técnicas nos decidimos a hacerla.

   Tras preparar el material, a las 12:15 h comenzamos a andar. Iniciamos la travesía por la amplia pista forestal de tierra que empieza pasada la barrera metálica que impide el paso de los coches, y que transita entre los árboles.  Por lo que me he informado, este tramo inicial es común para ambas calzadas, la Románica y la Borbónica, aunque no es un tramo enlosado. 

Inicio pista forestal.

    A los pocos metros del inicio, tras pasar una especie de entrada con 2 pilares de piedra, dejamos la pista de tierra y  comenzamos a pisar ya calzada de piedra perfectamente enlosada.

Pasando esa especie de "entrada" entre los pilares de piedra.

   En unos 500 m llegamos al Puente del Descalzo, primero de los cuatro puentes antiguos que se conservan. En realidad este puente, restaurado en los años sesenta, data de la época borbónica, donde reutilizaron los materiales romanos, y no se tienen datos de como fue la estructura romana que permitía cruzar el Arroyo de la Fuenfría. 

Jesús en el puente del Descalzo.

   A este nivel, antes y después del puente,  la calzada muestra todo su esplendor, tanto por su anchura como por la buena recuperación del enlosado. No obstante, hay que señalar que según los arqueólogos, la Vía Antonina no era de enlosado en su superficie, sino de una mezcla de arena y piedra suelta, contenida con sendos muros de piedra y una pequeña cuneta que conducía las aguas de lluvia, evitando que la calzada se inundase y facilitando el tránsito de animales y carruajes.

Tramo de calzada romana tras pasar el Puente del Descalzo.

   Unos 100 m después del puente, llegamos a una barrera de madera que tenía la flecha indicativa del Camino de Santiago Madrileño. En esta barrera concluye el camino enlosado que ha sido rehabilitado, y ambas calzadas, la Romana y la Borbónica, hasta ahora coincidentes, dejan de serlo. 

Puerta que cruzamos.

   
   Tras esta barrera, la calzada Romana sigue a la derecha sin apenas empedrado (se puede seguir su rumbo por los círculos verdes pintados en los troncos de los árboles), nosotros continuamos a la izquierda por la calzada Borbónica, que es la que conserva el empedrado, y que está señalizada por puntos blancos en los árboles.



   Ahora el empedrado se encuentra en mucho peor estado que en las inmediaciones del puente del Descalzo, ya que está la mayor parte levantado, a veces por la erosión y otras por la presión de las raíces de los pinos que crecen en sus laterales. 

Subiendo por este tramo de calzada.

   Este tramo de no tan buen empedrado en continua subida, concluye en la pradera de los Corralillos, cuando llevamos entorno a 1,3 km desde el inicio de la ruta. Este lugar alberga la más importante encrucijada de caminos de la Fuenfría, coincidiendo hasta 5 de los mismos. Entre ellos la Calzada Borbónica, la calzada Romana  y la Carretera de la República, que es la amplia pista que cruza la pradera. En este lugar existe un panel de madera con un mapa tallado donde se describen los caminos de la zona. Muy cerca de aquí, unos metros al oeste se encuentra en Refugio Peñalara.

Mapa tallado en la Pradera de los Corralillos.

Puente en la Carretera de la República en  las inmediaciones de la pradera de los Corralillos.

   En este punto caminamos unos metros por la Carretera de la República, que a este nivel coincide con la calzada Romana o vía Antonina, señalizada aquí con dos postes de hierro y con marcas verdes en los troncos de los árboles.

Lugar donde continuamos por la calzada romana en las cercanías de la pradera de los Corralillos.

Jesús en uno de estos postes metálicos.

   Sin darnos cuenta, de forma imnata, proseguimos por la calzada Borbónica, que continúa en dirección norte en ascenso, mientras que la calzada Romana gira a la derecha para coincidir un pequeño tramo con el Camino de Schmid.


   En esta parte la calzada, bastante más estrecha, está en muy malas condiciones. Los árboles, arbustos y raíces invaden la calzada, y hay que buscar un lugar más cómodo para progresar por su margen derecho. Poco a poco nos iban apareciendo algunos neveros.

Jesús subiendo por esta  calzada entre algún nevero.

   A los 2,2 km de recorrido, unos 900 m después de la pradera de los Corralillos, en una curva que gira a la derecha, llegamos al puente de Enmedio. A partir de este lugar ya empezamos a pisar nieve, que de momento estaba blanda, por lo que no nos hacían falta los crampones.

Puente de Enmedio.

   Como se puede apreciar en las marcas con las flechas amarillas de algunas rocas, parte de este recorrido coincide con el camino de Santiago Madrileño.

Piedra con la flecha amarilla del Camino de Santiago.

Subiendo por este tramo nevado.

   Tras pasar el puente de Enmedio que salva un nuevo arroyo, el sendero en ascenso gira en dirección sureste unos 300 metros, hasta llegar a una curva muy pronunciada donde existe un gran panel metálico en el suelo indicando la vía XXIV. Esto de debe a que a este nivel vuelven a coincidir ambas calzadas, la Romana y la Borbónica. En esta curva, el trayecto que traíamos gira radicalmente casi 180 grados en dirección norte,  enfilando la última subida de unos 700 m hasta llegar al Puerto de la Fuenfría. Esta última subida la hicimos por la calzada Borbónica, que sube más directa que la calzada Romana, superando la parte más inclinada de la misma, en la llamada Cuesta del Reventón, que alcanza un desnivel del 22 %.

Este tramo hacia el Puerto de la Fuenfría estaba cubierto de nieve blanda.

Continuando la ascensión.

   Este tramo se nos hizo durillo, ya que la pendiente se acentuaba cada vez más.



 

Jesús cerca del Puerto de la Fuenfría.

Aquí estoy llegando al Puerto de la Fuenfría.

   El Puerto de la Fuenfría con sus 1.796 msnm, es una especie de pradera donde confluyen también varios senderos, como la calzada Romana, la Vereda del Infante, la Senda de los Cospes, la carretera de la República y la pista forestal llamada la Calle Alta, entre otros. Este punto fue un enclave estratégico en la época romana, ya que comunicaba las 2 vertientes de la sierra.

Panel informativo con las diferentes sendas en el Puerto de la Fuenfría.

   En este lugar nos encontramos con un concurrrido grupo de montañeros que estaban haciendo una excursión, y que amablemente nos hicieron unas fotos. 

En el Puerto de la Fuenfría. Al fondo a la izquierda el Montón de Trigo.

    Tras unos instantes en los que no teníamos claro por donde ascender, de hecho caminamos unos metros equivocadamente por la Vereda del Infante, comenzamos a ascender en diagonal por la ladera este de Cerro Minguete. Esta ladera es una zona con algunos pinos silvestres de poca altura, y al no haber huella evidente, ascendimos teniendo siempre como referencia la silueta  del Montón de Trigo, al fondo a nuestra derecha. En los mapas este tramo que sube a Cerro Minguete  está señalizado como PR 4.

Jesús subiendo por la ladera este de Cerro Minguete.

Detrás de Jesús la silueta del Montón de Trigo.

   A medida que íbamos subiendo, a nuestras espaldas existían unas magníficas vistas del macizo de Peñalara y de parte de la Cuerda Larga.

Al fondo a la izquierda el macizo de Peñalara. A la derecha parte de la Cuerda Larga.

   Aproximadamente a los 2/3 de ascensión por esta ladera, dejamos la dirección a Cerro Minguete y acortamos en dirección noroeste hacia  Collado Minguete siguiendo una huella abierta. No tenía ningún sentido ascender a Cerro Minguete ya que íbamos a subirlo a la vuelta del Montón de Trigo. 

Montón de Trigo cada vez más cerca.

Huella abierta por donde acortamos hacia Collado Minguete. Al fondo  la Cuerda Larga nevada.

   

   En este tramo la nieve estaba bastante dura, y como había un una pendiente importante a nuestra derecha, decidimos parar a ponernos los crampones para transitar con mayor seguridad, y comer algo antes de afrontar la dura subida al objetivo del día. A este nivel nos encontramos con un montañero que nos dijo que se iba a dar la vuelta, ya que no llevaba crampones y no lo veía muy claro (decisión bastante acertada). 

Jesús progresando por la ladera con nieve dura tras ponernos los crampones.

A lo lejos progresando hacia Collado Minguete.

   Sin más incidencias llegamos al Collado Minguete, donde paramos a hacer unas fotos antes de comenzar la corta pero dura ascensión al Montón de Trigo.

Montón de Trigo Desde Collado Minguete.

La nieve aquí volvía a estar blanda.

   

   El tramo desde este collado hasta la cima del Montón de Trigo se nos hizo bastante duro, ya que aunque son sólo 500 m de subida, en ellos se salva un desnivel de unos 170 m (datos según GPS). A esto hay que añadir que por lo tarde que era y el día tan soleado, la nieve estaba ya muy blanda. 

Dura subida hacia la cima del Montón de Trigo. Al fondo Cerro Minguete.

Última parte de subida hacia el Montón de Trigo.

   Eran las 14:20 h cuando coronábamos el Montón de Trigo, por lo que habíamos tardado poco más de 2 h en subir, fotos y parada a comer algo incluidos. El GPS en este punto marcaba 5,2 km. 

Tomando la cervecita en la cima del Montón de Trigo.

Jesús en la cima. Detrás se ve perfectamente parte de la Cuerda Larga y de la Maliciosa.

Detrás de mi el cordal de la Mujer Muerta.

La Mujer Muerta detrás de Jesús.

Selfie en la cima.

   Desde la cima en días despejados como el que nos hizo, existen unas vistas extraordinarias, especialmente del macizo de Peñalara, de la Cuerda Larga, del cercano cordal de la Mujer Muerta, 7 Picos y en general de toda la llanura madrileña y segoviana.

Al fondo la llanura madrileña.

Identificando la Mujer Muerta desde la cima del Montón de Trigo.

Vistas al este desde la cima del Montón de Trigo.

   Después de unos 15 minutos disfrutando de las vistas en la cima, emprendimos la vuelta. Para ello deshicimos el camino de subida, donde ya las piernas se hundían bastante.

Comenzando el descenso del Montón de Trigo. Al fondo Cerro Minguete.

Bajando la nieve estaba aún más blanda.

Jesús bajando.

   Poco antes de llegar al Collado Minguete, mientras descendíamos, nos cruzamos con un montañero ya mayor, bastante experimentado, que iba con 2 perros labradores y que amablemente nos hizo una foto.

Junto a los 2 perros del montañero.

   LLegados al collado emprendimos la corta ascensión hasta Cerro Minguete, desde donde existe una magnífica vista del Montón de Trigo.

Iniciando la corta subida hasta Cerro Minguete.

Montón de Trigo al fondo desde la cima de Cerro Minguete.

Jesús en la cima de Cerro Minguete.

   En Cerro Minguete (2.023 m), llevábamos 6 km de recorrido, y aquí tomamos rumbo a Peña Bercial, en dirección suroeste. Ambas cumbres están separadas por apenas 1 km. 

Jesús camino de Peña Bercial. Al fondo Montón de Trigo (izquierda) y Cerro Minguete (derecha).

   En este tramo alternaba la nieve entre los piornos con algunas zonas desprovistas de nieve. 

Al fondo Peña Bercial.

    A Peña Bercial no subimos, sino que lo rodeamos por la izquierda (suroeste) a la vez que íbamos  descendiendo.

Jesús rodeando Peña Bercial.

   Desde Peña Bercial existen unas magníficas vistas de Peña El Águila, y al fondo del valle se empieza a observar una pista de tierra, que no es más que la Vereda del Infante.

De frente Peña El Águila.

   Nada más comenzar el descenso de Peña Bercial, nos volvimos a introducir en un bosque espeso de pinos silvestres. Aunque había huella abierta y algunos mojones de piedra, hicimos uso del GPS en alguna ocasión para seguir el rumbo correcto, ya que en el bosque no teníamos referencias.

De vez en cuando encontrábamos algún mojón entre los árboles.

   En menos de 1 kilómetro llegamos a una especie de pradera, que viene a ser el Collado de Marichiva. A este nivel pasa por aquí la Vereda del Infante, un ancho camino de tierra que llega hasta el Puerto de la Fuenfría. Como en esta zona no había apenas nieve, decidimos quitarnos ya los crampones.

Quitándonos los crampones. Al fondo Peña el Águila.

Verdeda del Infante. Al fondo Peña Bercial.

En el centro de la imagen el Pico de Majalasna y detrás el 2º Pico.

   Seguimos hasta el final de esta pradera, y dimos un giro de 90 º, para cambiar el rumbo y comenzar a descender de nuevo por una senda que discurría entre el bosque. Esta senda estaba señalizada con puntos rojos en los troncos de los árboles, y por lo que he visto en un folleto informativo de la zona es la "Vereda Poyal de la Garganta". 


   Al comienzo de esta senda volvió a aparecer la nieve dura ,ya que estaba muy pisada, y aunque estaba ideal para crampones, decidimos no volver a calzárnoslos y bajar con cuidado por los márgenes.

Bajando por la senda. Puntos rojos en los troncos de los árboles.

La nieve estaba completamente helada.

   Cuando habíamos bajado unos 600 m, la nieve ya estaba escaseando, hasta que llegó un momento en el que desapareció por completo. Aunque había puntos rojos en algunos troncos, de vez en cuando los perdimos de vista y tuvimos que hacer uso del GPS. 

La senda ya sin nieve.

   Bajando por esta senda nos cruzamos con lo que parece ser el Camino Viejo de Segovia, señalizado con marcas blancas y amarillas en los troncos de los árboles. Este camino baja hasta el Hospital de la Fuenfría. 

Lugar de cruce con el Camino Viejo de Segovia.

   En esta zona, Jesús se empeñó en acortar campo a través, ya que estábamos cerca del aparcamiento. Bajando a las bravas cruzamos otra pista forestal, que por lo que vi en el mapa era la Carretera de la República. En lugar de seguir por esta carretera, como yo quería, continuamos campo a través y en pocos metros enlazamos con la pista del inicio del recorrido. Desde aquí, en menos de 200 m llegamos al aparcamiento, cuando el reloj marcaba las 16:05 h, por lo que habíamos completado esta interesante ruta casi circular en menos de 4 horas, tiempo que no está nada mal teniendo en cuenta en desnivel acumulado. En total el GPS marcó 10.15 km.


   Para terminar, indicar que esta fue nuestra primera inclusión por esta bonita zona de la Sierra de Guadarrama, por la que esperamos volver en otras ocasiones para conocerla más a fondo.


     Aquí dejo una foto con las estadísticas de la ruta, así como un enlace a wikiloc para poder descargar el track.

Pinchar el siguiente enlace para descargar el track de la ruta:

Montón de Trigo invernal desde las Dehesas de Cercedilla