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SUBIDA AL ROCIGALGO, TECHO DE TOLEDO, POR SIERRA FRÍA (P.N. CABAÑEROS).










1. INTRODUCCIÓN Y CURIOSIDADES.



 El Parque Nacional de Cabañeros está situado entre las provincias de Toledo y Ciudad Real. Su historia más reciente comienza en junio de 1.987, cuando el Ministerio de Defensa compra la finca de 16.000 hectáreas, situada en el corazón de los Montes de Toledo, con la idea de instalar en la zona un campo de tiro. La presión popular, junto con la movilización ciudadana y el apoyo de los ecologistas, consiguió paralizar el proyecto. Poco después, el 11 de julio de 1.988, la Junta de Comunidades de Castilla - La Mancha, declaró la finca de Cabañeros como Parque Natural. El 28 de abril de 1.995, las Cortes aprueban un proyecto de gobierno por el cual la finca de Cabañeros y parte de su entorno, con una extensión superior a 40.00 hectáreas, es declarada Parque Nacional.  Forma parte de uno de los 15 espacios naturales más emblemáticos de nuestro país. Junto con las Tablas de Daimiel, es uno de los 2 Parques Nacionales presentes en Castilla - La Mancha.

  Cabañeros recibe su nombre de las chozas utilizadas tradicionalmente por pastores y carboneros como refugio temporal de sus labores de campo. Estas cabañas de forma cónica se techaban usando vegetación del entorno y eran usadas por los pobladores de los Montes de Toledo. La extracción de carbón vegetal, el pastoreo y la agricultura de subsistencia, fueron las principales actividades que se desarrollaron en el entorno de Cabañeros. En la actualidad, las actividades que se siguen realizando habitualmente son la ganadería (con la producción de unos quesos excelentes), cultivo de cereales y olivos de la variedad cornicabra. Otras dos antiguas actividades que aún se conservan son la apicultura y la extracción de corcho de los alcornocales (sólo en alguna finca privada). 








   El paisaje de los Montes de Toledo tiene unas carcaterísticas geológicas simples, donde resaltan las sierras y las rañas. Las sierras se formaron hace 300 millones de años, son de naturaleza cuarcítica, están muy erosionadas y presentan aspecto ondulado. Generalmente dispuestas en alineaciones este-oeste, culminan a 1.448 m de altura en el pico Rocigalgo. El bosque mediterráneo alcanza en ellas su máxima diversidad. Las rañas son llanuras al pie de la montaña resultantes de la erosión de las sierras y posteriormente usadas para el cultivo del cereal, quedando planicies salpicadas de árboles como las encinas. 

   El Parque Nacional de Cabañeros presenta unas 1.000 especies catalogadas como plantas vasculares, de las que 98 son árboles o arbustos. Encinas, alcornoques, quejigos (roble carrasqueño) y arces originan un bosque de caracter mixto, dominando unas u otras especies según la exposición y la humedad.  Jaras, brezos, madroños, romero, labiérnago, lentisco y zarzamoras entre otros, conforman el matorral que cubre laderas y montes. En zonas de umbría se pueden encontrar especies de exigencia más atlántica, como el acebo. Cabe mencionar la presencia del robledal de altura (rebollar, melojar o roble marcescente). El rebollar es el bosque mediterráneo de altitud por excelencia. Necesita humedad y resiste bien las bajas temperaturas, por lo que crece en los valles más angostos de las zonas montañosas  o en las cumbres, allí donde no llega el encinar, entre 1.200 y 1.400 m, aunque en las laderas de orientación norte (umbría) más húmedas puede bajar a los 900 m. Simultáneamente, el follaje denso del melojo en primavera y verano permite el desarrollo de una serie de plantas que en condiciones normales no podría subsistir a estas alturas. El roble marcescente se caracteriza porque pierde sus hojas cuando salen los brotes primaverales. Este árbol necesita un suelo ácido como los formados en las cuarcitas del parque. Debido al fenómeno de la inversión térmica que ocurre en algunas zonas del parque, el acebuche, arbol típico de las áreas térmicas del mediterráneo, y que debería estar presente en las rañas, aparece sólo en las cumbres por encima de los 950 m. 

   La fauna del Parque Nacional de Cabañeros es muy variada. Aquí viven cerca de 200 especies de aves: destacando por su importancia las grandes rapaces, como el buitre negro, el águila ibérica y el águila real entre otros. Cabañeros es también tierra de grandes mamíferos (45 especies, 3 de ellas introducidas), destacando por su abundante población el ciervo, el jabalí y el corzo. 

    El Pico Rocigalgo o Corocho de Rocigalgo es la montaña más alta de la provincia de Toledo, y una de las más elevadas de los Montes de Toledo, con una altitud de 1.448 m. Se encuentra dentro del Parque Nacional de Cabañeros, en el término municipal de Los Navalucillos, en la provincia de Toledo.  Aunque hasta no hace mucho tiempo el recorrido hasta su cumbre más apropiado y conocido  era el que ascendía desde la Casa de información del Parque por la "Ruta del Chorro", pasando por sus famosas cascadas "El Chorro" y "Chorrera Chica", durante la Semana Santa de 2.016 se abrieron 3 nuevas rutas senderistas en el Parque Nacional de Cabañeros, entre ellas una que asciendía al Pico Rocigalgo sin pasar por las chorreras. Esta nueva ruta tiene una longitud desde la Casa de Información del Parque  hasta la cima de algo más de 11 km, 2 km más que la subida por el Camino del Chorro, y es bastante más dura que ésta. Transcurre por la zona más montañosa y abrupta del Parque Nacional, transitando por una pista forestal acondicionada, cómoda pero con repechos exigentes. Asciende por la zona de la Sierra Fría, y en grandes tramos de su recorrido está pavimentada con piedras lisas en los flancos, dejando de tierra la zona central. Durante todo el recorrido existen gran cantidad de paneles informativos de la flora y fauna de la zona, así como algún mirador y zonas de descanso, con bancos de madera. Hay que señalar que se debe llevar agua, ya que no hay ninguna fuente en todo el recorrido.   





2. Cómo llegar. 

   Para llegar al punto de partida hay que dirigirse a la población toledana de Los Navalucillos. Atravesamos el pueblo y tomamos la estrecha y sinuosa carretera CM-4155, en dirección a Robledo del Buey. Como a 10 km de los Navalucillos (cerca del p.k. 16), sale un desvío hacia la izquierda señalizando las Becerras y la Ruta al Chorro Rocigalgo.



Desvío en la CM-4155 hacia Las Becerras y Ruta del Chorro Rocigalgo.


   A partir de aquí tendremos que recorrer una pista de tierra durante unos 5 km, de los cuales los 2 primeros son en pronunciada bajada hasta el río Pusa, para una vez cruzado el río  girar a la izquierda y recorrer los 3 km restantes hasta llegar al aparcamienro situado al lado de la Caseta de Información. 


Cartel pasado el río Pusa.





3. Descripción de la ruta.

 
En amarillo la ruta realizada.



  A pesar de que empezaba a llegar la  primera ola de frío del otoño, la nieve aún no había llegado a las montañas que suelo frecuentar, como son la Sierra de Gredos y la Sierra de Guadarrama, por lo que decidí subir a la cumbre más alta de mi provincia, aún desconocida para mi. Como ha ocurrido otras veces, me fui en solitario ya que mis compañeros habituales no me podían acompañar.

   Salí de Toledo relativamente tarde para hacer una ruta (a las 08:50 h), teniendo encuenta que el punto de inicio estaba a unos 93 km. Tomé la carretera CM-401 hasta los Navalucillos, para después coger la estrecha carretera CM-4155 dirección Robledo del Buey. Como a unos 10 km de Los Navalucillos, tomé el desvío bien señalizado hacia el aparcamiento de Las Becerras (o Ruta del Chorro Rocigalgo). Tras los 5 km de pista forestal en buenas condiciones, llegué al aparcamiento al lado de la Caseta de información del Parque. 

   Llegué al aparcamiento a las 10:10 h, donde  tan sólo había un coche, que me imaginé que era de algún empleado del Parque Nacional, ya que estaba pegado a la caseta de información. Existe hueco para varias plazas de aparcamiento cubiertas,  bajo porches de madera. La temperatura era de unos 3º C, pero no hacía mucho viento.

   La idea era subir al Rocigalgo, por el camino de las cascadas, para visitarlas y volver por el mismo sitio. Tenía pensado hacer algunos tramos corriendo para no emplear mucho tiempo, por lo que no llevé botas de montaña, sino zapatillas de trail. Preparé las cosas en unos 10 minutos y me puse en marcha. Como empezaba la ruta relativamente tarde, no me detuve en leer los carteles y me asomé a las indicaciones que había al lado de donde había aparcado el coche, a la izquierda de la Caseta de Información del Parque Nacional. Había un panel informativo en el origen de un sendero, que indicaba "Ruta del Macizo de Rocigalgo", por lo que ni me lo pensé y me puse en marcha, dando por hecho que esa ruta pasaría por el "El Chorro" y "La Chorrera Chica".



Panel informativo al inicio del recorrido.


   Este sendero comienza en bajada unos 200 m, hasta llegar a un puente de madera que cruza el Arroyo del Chorro. En líneas generales, los primeros 5,7 km tras pasar el Arroyo del Chorro son de subida, hasta llegar a la altura del  "Mirador del Río Pusa".




Puente que salva el Arroyo del Chorro.



   Nada más cruzar el puente, encontré el primer panel informativo que indicaba la dirección hacia el "Collado del Malpasillo" y el "Macizo del Rocigalgo". Ya me "mosqueó" un poco que no mencionara las cascadas. 



Cartel indicativo tras pasar el puente.



   Pasado este panel informativo, antes del primer kilómetro de recorrido llegamos a un paraje conocido como "Casa del Postureo", donde quedan los restos de una antigua construcción típica de la zona.





Panel informativo de la "Casa del Postureo".



    El primer tramo de la pista forestal discurre entre un bonito encinar, y pronto encontramos los primeros tramos de pista pavimentada con piedras.




Encinar del principio de la pista forestal.




Tramo pavimentado.


   La pista forestal va subiendo en ziz-zag, con una sucesión de curvas de herradura. Al tomar algunas curvas vamos teniendo vistas de lo que dejamos abajo.




Vistas a medida que ascendemos.

   

   Poco a poco el encimar va alternando con robledales. El camino no tiene pérdida y además está perfectamente señalizado con hitos del Parque Nacional.



El robledal alterna con el encinar.




Hito del P.N. Cabañeros.



   Aproximadamente, cuando llevaba unos 40 minutos de recorrido, me encontré con un operario del Parque Nacional que realizaba tareas de mantenimiento, y que amablemente me hizo una foto. Le pregunté si quedaba mucho para la "El Chorro", y me dijo que por este recorrido no estaba, que para pasar por las cascadas me tenía que haber ido por el otro recorrido que sale a la derecha de la Caseta de Información del Parque, señalizado como "Ruta del Chorro de los Navalucillos". Me comentó que el  recorrido por el que yo iba  subía al Rocigalgo pero que era más largo y más duro que el otro, pero que una vez en la cima del Rocigalgo podía volver de vuelta por el otro itinerario. Para no volverme, decidí seguir para adelante.





Subiendo por la pista forestal.



   Poco después de pasar este punto, cuando llevaba algo menos de 3 km de trayecto, comenzaba lo más duro del recorrido, ya que la subida se empinaba cada vez más. La mayor parte de esta subida estaba pavimentada. Aquí además de encinas, aparecían zonas de matorral alternando con robledales. Las especies arbustivas del sotobosque están frecuentadas por la jara, los brezos, el rosal silvestre y varios tipos de piornos.




Lugar donde la subida se acentúa. La mayor parte de la subida está pavimentada.



   La verdad es que es un poco "sorprendente" por no decir otra cosa que un entorno natural y protegido esté pavimentado, ya que quita un poco el encanto de la zona.

   La subida continuaba con curvas en herradura, en alguna de las cuales existen carteles informativos de la flora y la fauna del parque, así como bancos de madera para descansar.



Panel informativo de las mariposas.



   En los paneles se notaban los efectos de las bajas temperaturas, ya que estaban todos cubiertos de escarcha, a pesar de ser más de las 11 de la mañana.




Continuando la ascensión entre encinas.




Lo que dejamos atrás.



   En alguna de las curvas de herradura, tenemos bonitas vistas del valle.




Vistas según subimos.



   Siguiendo con la descripción de la flora del parque, pasamos por una zona de musgos y líquenes.









    Poco antes de los 6 km de recorrido, llegé a la zona del "Mirador del río Pusa", cuando el reloj marcaba las 11:35 h. Aquí la dura subida da una tregua, y desde este mirador existen unas fabulosas vistas de todo el valle, pudiendo incluso visualizar el recorrido del Arroyo del Chorro, la zona de Los Navalucillos,  así como la Sierra de San Vicente y más a lo lejos la Sierra de Gredos y la de Guadarrama.




Cartel del Mirador del Río Pusa (foto tomada a la vuelta).




Vistas desde el Mirador del Río Pusa.



   Tras pasar este mirador, giré a la izquierda y en unos metros entre zona de matorral bajo llegué a un nuevo panel informativo, cuando llevaba poco más de 6,5 km  de trayecto. Desde aquí indicaba 4.6 km al Macizo de Rocigalgo. Me encontraba ahora en plena Sierra Fría, a una altura cercana a los 1.400 m. Aquí la vegetación cambia, pasando a ser matorral en el que predominan las jaras y los brezos. Ahora tenía un tramo de cerca de 1 km de bajada, hasta llegar al Collado Frío, situado entorno al km 7,7 del recorrido.


   Este trayecto de descenso presenta varias curvas de herradura, y durante el mismo existe un panel informativo desde donde se pueden contemplar las aves típicas de la zona, así como toda la parte este del Parque Nacional de Cabañeros.




Mirador camino de Collado Frío.




Collado Frío visto desde arriba.



   A este paraje conocido como Collado Frío, llegué 5 minutos antes del mediodía. Aquí existe una pequeña pradera con un banco de madera desde donde se puede contemplar las vistas del valle del Río Pusa.




Banco en Collado Frío. A lo largo del recorrido diferentes paneles nos recuerdan que hay que cuidar el parque.


   En este lugar comienza un vallado a la izquierda que delimita un coto de caza, y que me fue acompañando en algunos tramos durante toda la subida al Rocigalgo, lo que afea bastante el recorrido. 



 
Valla que me acompaño durante parte del recorrido.





   Empecé ahora otra subida hacia los empinados toboganes que me iban aproximando al cordal del Rocigalgo.




Camino del cordal del Rocigalgo. De vez en cuando existen algunos hitos de piedra.



   En la última parte de la ascensión hacia la cima, predominan las crestas cuarcíticas, las pedreras, los robledales y los brezales de altura.




Poco a poco van apareciendo pedreras a ambos lados del camino.




En esta zona cada vez aparecen más crestas y pedreras.




Camino del Rocigalgo. Piornal y brezo a ambos lados



   Parecía que no llegaba nunca a la cima, el recorrido ya se me estaba haciendo muy largo entre estos continuos toboganes de sube y baja. Por esta zona aparecían más crestas rocosas, algunas de ellas de gran altura. Muchos de estos relieves están formados por antiguas arenas litorales fosilizadas de más de 465 millones de años, llamadas Cuarcita Armoricana. Estas formaciones rocosas son típicas de los macizos ibéricos.



Panel informativo de fósiles, enfrente de Cuarcita Armoricana.



   Por fin, tras un último ascenso dentro de los continuos toboganes del cordal, llegué a una meseta donde existe otro panel informativo. La cima ya estaba a escasos metros.




En esta foto se observa el sendero que sube a las inmediaciones de la cima.




Paneles informativos.







   En realidad no hay una cima como tal. Dentro de una especie de meseta existe un mirador de madera, el "Mirador del Rocigalgo", al lado del cual hay un mojón rectangular de cemento pegado a una valla. A pocos metros de aquí, existe otro mojón de piedras en lo alto de un afloramiento rocoso, por lo que no tengo muy claro cual de las 2 se considera la cima del Rocigalgo, por lo que me hice foto en los 2 sitios. Curiosamente en la cima del mojón de cemento había un pequeño nacimiento.




En el hito de piedra.




En el mojón rectangular de cemento.





Pequeño nacimiento en la cima.





Panel informativo en el Mirador del Rocigalgo.




Foto del Mirador del Rocigalgo y el mojón rectangular al lado, desde la cima del mojón de piedras.



   A la cima llegué antes de las 12:25 h, por lo que fui a buen ritmo. Había tardado unas 2 horas en recorrer unos 11,2 km que marcaba el GPS. Desde la cima del mirador existen unas vistas extraordinarias en todos los sentidos, especialmente del sector septentrional de los Montes de Toledo, aunque por desgracia la mencionada valla que delimita el coto de caza desluce el paisaje.






















   
   En la cima estuve unos 10 minutos, ya que hacía bastante viento que provocaba que la sensación térmica fuera de mucho frío. Tomé dirección hacia la Caseta de Información del Parque por la Ruta del Chorro, siguiendo los paneles indicativos que había al lado del mirador. Estos paneles indicaban 9,1 km a la caseta, de este modo realizaría la ruta circular. 




Panel indicativo al lado del mirador.



   Empecé a descender por una estrecha senda entre piornos unos metros, para después enlazar con sendero principal por el que había venido. 




Estrecha senda que sale desde el mirador.



   Una vez en el camino principal, bajé unos 700 m muy empinados, hasta llegar a la altura del Collado del Chorro. Al llegar aquí para continuar por la senda principal había que atravesar un robledal. En el robledal no había un sendero definido, ya que al estar lleno el suelo de hojas caídas no se veía. Me introduje unos metros en el bosque buscando algún mojón o señal indicativa, pero al no ver senda, saqué el GPS. En el GPS no me aparecía la ruta grabada, y aunque estaba a pocos metros del Arroyo del Chorro, no veía nada de agua. Según había leído, este tramo de robledal no es muy largo, pero dado que iba yo solo, no me quise arriesgar a perderme en esta zona boscosa, por lo que decidí deshacer el camino y volver al Collado del Chorro, aún a sabiendas que volviendo por donde había venido la ruta que haría sería de casi 25 km. 

   Subí de nuevo desde el collado hasta las inmediaciones del Rocigalgo, y este corto pero duro repecho ya me pasó factura. Desde este punto según las indicaciones me quedaban 10,9 km a la Caseta de Información. El reloj marcaba las 13:00 h. 







Transitando por el tramo de pedreras.




   Durante el tramo de toboganes de vuelta hasta Collado Frío, paré unos minutos a comer un plátano y frutos secos, e hidratarme un poco. 

   Como iba con el tiempo justo, aprovechaba los tramos de llano o bajada para hacerlos corriendo.




Camino de Collado frío.


   Curiosamente, a la altura de Collado Frío, dentro del coto que estaba vallado, vi un ciervo bastante grande, pero se fue sin darme tiempo a hacerle una foto. 

    Tras llegar a Collado Frío, emprendí el último tramo de subida de aproximadamente 1 km, hasta llegar al panel informativo de las aves, donde el camino ya llanea.



Vistas de Collado Frío y el camino que sigue al Rocigalgo desde la altura.
 


 
Panel del mirador de las aves a la vuelta.





Vistas de la parte sureste de Cabañeros. Por desgracia muchas zonas están valladas ya que son cotos de caza privados.



   Por fin llegué a un nuevo panel informativo, a la altura de donde surge un camino conocido como "Senda de las Cuevas". Desde aquí ya sólo quedaban 6,4 km a la caseta de información y eran las 13:40 h. A partir de ahora todo el recorrido sería de pronunciada bajada o llano.



Panel informativo. El camino que sigue de frente segín los mapas es "la Senda de las Cuevas".





   Salvo alguna parada en el Mirador del Río Pusa y para hacer alguna foto, bajé todo el recorrido hasta el puente del Arroyo del Chorro corriendo, a pesar de que llevaba las piernas ya bastante cargadas. Iba por la zona de losetas de piedra, evitando la parte central,ya que era más seguro correr por esa superficie.




 
Pasado el Mirador del Río Pusa.



 
Toda la bajada la hice corriendo por las losetas.




      Llegué al aparcamiento a las 14:30 h, cuando el GPS de mi polar M400 marcaba algo más de 24 km, teniendo en cuenta que había captado la señal unos metros después de comenzar la ruta. 

   En la caseta de información había una chica y el operario que me había encontrado a la subida. Les comenté que me di la vuelta porque no encontré la senda en el robledal y me comentaron que es facil no encontrar el camino en otoño porque está todo cubierto de hojas. 

   Me acerqué a ver la salida del camino que sube a las chorreras, en vistas a hacerlo en otra ocasión. 




Panel informativo de la Ruta del Chorro.




 
Aquí comienza el "Camino del Chorrro de los Navalucillos".




   Aunque me hubiera gustado visitar las famosas Chorreras, la idea principal de la ruta era subir al "techo" de la provincia de Toledo, por lo que a pesar de que hice unos cuantos kilómetros de más, cumplí el objetivo. El hecho de no visitar las famosas caidas de agua, me hace tener la excusa perfecta para hacer la excursión circular en otra ocasión.

   A continuación dejo un enlace a wikiloc para poder descargar el track pinchando en el mismo, así como una foto de la altimetría y estadísticas de la ruta.


Subida al Rocigalgo, techo de Toledo, por Sierra Fría (enlace wikiloc).

  




 

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